
Del libro NOSOTRAS LAS DIOSAS
Autora: Mynerva Modesta
La grandeza del ser interior
Es menester darle su lugar al desenvolvimiento profesional de la mujer y del hombre, pero sin desnaturalizar los ritmos innatos de vida de ambos géneros. Es cierto e innegable que cada una de nosotras somos únicas e irrepetibles, muchas de nosotras nos pasamos la vida encontrando y mencionando cualidades y defectos de las “otras” y los “otros”, es menester el poder apreciar esas cualidades en nosotras mismas, pues de eso depende en gran medida la autoestima que tengamos, la mujer es símbolo no sólo de belleza y seguridad, sino también de coherencia y verdad. Debemos reconocer que estamos dotadas con todo lo necesario para triunfar en la gran aventura de la vida, que al nacer nos fue entregado el paquete completo para retar, desafiar y GANAR, ante cualquier obstáculo. Somos todo lo que necesitamos ser, una y mil veces, las mujeres hemos demostrado que podemos solas contra el mundo sin importar los obstáculos que se nos presenten en el camino. El cuerpo humano como tal es la máquina más exacta que puede existir. El tener un instrumento tan perfecto nos compromete a ser ejecutoras de nuestro propio destino, de un destino de éxito, triunfo y felicidad en el que logremos todo lo que nos propongamos. Las mujeres hemos demostrado tener mayor resistencia emocional y física, que el hombre, quien solo posee fuerza bruta. La mujer es en síntesis lo mejor del género humano y como tal se le ha concedido el Don de Crear. No existe en el universo meta que no podamos alcanzar, cumbre que no podamos conquistar, o bien, ideal que no podamos convertir en una brillante realidad. El límite somos nosotras mismas, recordemos que si las mujeres hemos borrado fronteras, sacado pan y agua de las rocas para alimentar a los nuestros. ¡Que no podemos hacer! Si realmente nos lo proponemos. La verdad es que en donde fijemos nuestra meta, es precisamente el lugar en donde está nuestro límite, si nos proponemos metas pequeñas tendremos límites y hechos mediocres, si nos ponemos metas altas y trascendentales no tendremos límites para lo que nos propongamos. Hay quien dice que la autoestima puede llevar a un egoísmo exagerado, pero si no nos queremos y nos estimamos a nosotras mismas, ¿podemos estimar a alguien más? Si no nos valoramos, ¿seremos capaces de valorar las acciones de otras personas? Si no buscamos lo mejor para nosotras, ¿podemos dar algo bueno a la gente que nos rodea? ¿Es acaso, que alguien puede dar lo que no tiene? ¡Claro que no! En la medida en que nos valoremos y nos estimamos a NOSOTRAS mismas como el ser más importante del Universo, podremos realmente valorar y estimar a todos los que nos rodean, y sólo de esta manera podremos querer y amar realmente, de lo contrario nos engañaremos, y confundiremos la culpa y la dependencia que tenemos con nuestros seres querido con estos altos sentimientos.
- Autoestima es sabernos seres privilegiados y dar lo mejor de nosotras en cada momento, no como si fuera la primera o la última, sino como lo que es, la Única.
- Autoestima es querernos y querer al mundo que nos rodea, aprender más cada día, evolucionar y cambiar para hacer de nosotras un ser mejor que ayer.
- Autoestima es sabernos colaboradoras de la magna obra que es la creación, sabernos partícipes, saber que dejaremos un mudo mejor que el que encontramos al llegar.
- Autoestima es permitirnos disfrutar una caricia, un paisaje, un cálido abrazo, el golpeteo del viento sin engendrar culpa, sino crear felicidad.
- Autoestima es saber que nuestro existir no es en vano, y saber que en cada momento, estamos realmente dando lo mejor de nosotras mismas, aquí y ahora.
- Autoestima es saber que ocupamos un lugar único e irrepetible, y que tu verdadera grandeza radica en lo que llevas dentro, y que es el más grande tesoro del mundo, tus ideales, metas y sentimientos.
- Autoestima es realmente vibrar y sentir, amar y permitir ser amada, dar y aceptar, comprender que lo único verdadero, es este instante, y que de ti depende lo que hagas con él.