miércoles, 20 de mayo de 2009

Las Diosas y las Mujeres en el transcurso de la Historia



Cronológicamente podemos decir que nueve mil años antes de Cristo, la adoración a la Mujer-Diosa ya existía como una religión formal. El Antiguo Testamento fue escrito basándose en las antiguas tradiciones matriarcales de la Antigua Religión y que a toda costa la religión judía ha pretendido eliminar, sin mucho éxito, ya que, cuando ahondas en los fundamentos referenciales encuentras las relaciones a los antiguos cultos donde se adoraba a la Gran Diosa.
La mujer se transformó en el centro de la adoración y protección de sus hijos y por ende de la comunidad tribal. El pensamiento mágico-religioso desarrolló diferentes rituales para la fertilidad y para ello desarrolló una iconografía, representada en la pintura rupestre encontrada en las cuevas y esculturas donde se exalta los caracteres femeninos y la maternidad. Igualmente organizó un sacerdocio, donde hombre/mujer tenían los mismos derechos a ejercer el liderazgo del ritual mágico-religioso.
Como testigo histórico de lo aquí informado, tenemos alrededor de treinta mil estatuillas de figuras de la mujer-diosa, las cuales se pueden ver en los diferentes museos del mundo. Ejemplo. La Venus de Willendorf, elaborada en piedra caliza con una data entre 25.000 a 20.000 años antes de Cristo, y se encuentra en el Museo Natural de Viena, en Austria.
La idea de Dios-Padre único, que tuvo su germen en la cultura judío-cristiana, cobró fuerza con el nacimiento del Maestro Jesús, a pesar de que el Maestro dio gran importancia a la mujer, ya que en paralelo a la presencia de los doce apóstoles, estuvo la presencia de igual numero de mujeres a quienes les dio la enseñanza sin discriminación alguna.Este concepto de Dios-masculino se fortaleció en las doctrinas del gnosticismo, en las de la iglesia romana, en las del protestantismo y en las de todas las iglesias cristianas fundamentalistas de la actualidad, discriminando la esencia divina en la Mujer.Indiscutiblemente y a través de la historia podemos ver que el concepto de lo femenino ha estado rodeado de gran cantidad de tabúes, y sujeto a unos patrones y comportamientos determinados, según los cuales, la mujer “debe” quedar bien con la sociedad, con su familia y con la familia de su pareja. Y ello ha conllevado a que la mujer durante todos los tiempos de la era cristiana y en la actual, haya aprendido a denigrarse, a sentirse inferior y menospreciada, recurriendo al trabajo y a las múltiples ocupaciones del hogar para aparentar no sentirse afectada.